Quizás
alguna vez hayas ido a comer una hamburguesa a uno de los restaurantes de la famosa y muy controversial
cadena de comida rápida “McDonalds", pero… te has preguntado cómo es el
modo de producción de estos restaurantes? Es sorprendente darse cuenta que su
proceso de trabajo es todo un paradigma racional.
De
acuerdo con George Ritzer (2006), la
McDonaldización implica el hecho de que los restaurantes de comida rápida
representan un paradigma contemporáneo de la racionalidad formal, cabe indicar
que para Max Weber la racionalidad formal
busca perfeccionar los medios para alcanzar fines preestablecidos. Es
calculadora, se realiza un ajuste utilitario entre medios y fines.
Obra de George Ritzer "La McDonalización de la Sociedad" |
Ritzer
(2006), menciona que la racionalidad formal tiene cuatro dimensiones: la
eficiencia, la previsibilidad, un acento sobre la cantidad en lugar de calidad
y un control mediante la sustitución de la tecnología humana por la no humana,
ahora bien, cabe señalar que esta forma de racionalidad tiende a acarrear la
irracionalidad de la racionalidad.
La
eficiencia significa la búsqueda de los mejores medios para conseguir un fin; en
el restaurante de comida rápida, el servicio de comida a través de la ventilla
de los automóviles ilustra bien el aumento de la eficiencia para conseguir una
comida.
La
previsibilidad implica la ausencia de sorpresas; el Big Mac de Los Ángeles es
igual que el de Nueva York o el de México; de modo similar, el que consumiremos
mañana o el año que viene será exactamente igual que el que comemos hoy.
Los
sistemas racionales tienden a acentuar la cantidad, normalmente una elevada
cantidad, en lugar de la calidad. En vez de basarse en las cualidades humanas
de un cocinero, los restaurantes de comida rápida se basan en tecnologías no
humanas y en cocineros no cualificados que siguen instrucciones detalladas y
métodos de cadena de montaje aplicados al proceso culinario y al servicio. Por
último, este sistema racional formal acarrea varias irracionalidades, sobre
todo la desmitificación y la deshumanización del ritual de la comida.
La venta por ventanilla, aumento de la eficiencia para conseguir comida |
Así,
el restaurante de comida rápida ha llevado a su punto culminante la
racionalidad formal en general, así como cada una de sus dimensiones.
Es
interesante darse cuenta que algunos hechos como la aparición de las tarjetas
de crédito o el desarrollo del holocausto fueron creados bajo el paradigma de
la McDonaldización.
En
el caso de las tarjetas de crédito, estas son eficientes, pues el proceso de
obtener un crédito no implica un proceso largo y pesado, sólo hay que responder
a un puñado de preguntas. La previsibilidad la ilustra sobre todo el hecho de
que la tarjeta de crédito sirve para hacer un consumo más previsible; incluso
se puede consumir sin tener liquidez. Muchas personas se fijan en la cantidad
de tarjetas de crédito que pueden obtener y los límites de crédito total de
esas tarjetas, sin tener en cuenta los efectos negativos en su calidad de vida
que tiene contraer una elevada deuda. La decisión de emitir o no una nueva
tarjeta o de elevar el límite de crédito queda normalmente en manos de
programas informáticos cada vez más sofisticados con criterios inhumanos que no
se detienen a considerar cada caso.
Por
último, las muy racionalizadas empresas de tarjetas de crédito tienen una serie
de irracionalidades, entre ellas la deshumanización que implica tratar con
tecnologías no humanas y empleados de banco como robots que se implican en una
interacción muy programada con los clientes.
En
el caso del holocausto, este hecho también tuvo las mismas características de
la McDonaldización. Por ejemplo, se decidió que para matar a elevadas
cantidades de personas el gas era un método mucho más eficaz que las balas. El
holocausto tuvo la
previsibilidad de una cadena de montaje, con sus largos trenes entrando
lentamente en los campos de concentración, las largas colas de gente
serpenteando y avanzando hacia las duchas y la producción de grandes cantidades
de cuerpos al final del proceso que había que eliminar. Fue calculable en el
sentido se acentuaron factores cuantitativos, como cuántas personas podían
exterminarse en el menor tiempo posible.
Apenas
se prestó atención a la calidad de vida, o a la calidad de muerte de los judíos
que marchaban hacia las cámaras de gas. En sentido cuantitativo el holocausto
ha sido la mayor exterminación de masas de la historia.
Finalmente,
el holocausto utilizó tecnologías no humanas, como las normas y reglamentos de
los campos y la cadena de montaje de los hornos, que controlaban tanto a los
residentes como a los guardias.
Ritzer,
G. (2006). Teoría Sociológica
Contemporánea. México: McGraw Hill
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